viernes, 28 de mayo de 2010

..Repentina Madurez..

Es curioso como a lo largo de nuestra vida, nos caemos y volvemos a levantar.
Al principio, cuando la juventud llena cada centímetro de tu piel, las caídas son muy frecuentes, cortas pero intensas, tanto, como lo son las veces que nos levantamos. Aprendemos de esas caídas.. Nuestra mirada esconde aún la inocencia de un niño, igual que nos ilusionamos, nos hundimos, pero siempre salimos de ese vacío. Siempre algo nos vuelve a ilusionar, y así sucesivamente.. Pero todo tiene su momento de reflexión, los años pasan, y la madurez y la racionalidad se va apoderando de nosotros. Las caídas comienzan a ser menos frecuentes pero si más largas, más duras y levantarse comienza a costar mucho más, ver la luz al final del túnel se presenta como una tarea bastante complicada. Siempre (o casi siempre) cuentas con diferentes apoyos morales con quien contar en éstas situaciones. Allí está esa persona que te agarra la mano y con un susurro casi imperceptible te dice "Estoy contigo, ánimo".

Yo creí estar en lo correcto, como todos los jóvenes, creémos ser los impulsores del modernismo, nos crecemos ante las adversidades, creemos en los cuentos y no solemos pensar en las consecuencias que nos puede acarrear en nuestra vida las decisiones que tomamos precipitadamente, sin meditar, dejándonos llevar por la emoción del momento. Es una etapa más en nuestras vidas, está claro que nadie nace sabiendo y que de los errores hemos de aprender, pero creo que nada de ésto me hubiese pasado, si me hubiese parado a pensar, si hubiese sopesado las consecuencias, si hubiése escuchado a mi familia y amigos..
Todo nace de una ilusión, de unos planes de una percepción de un futuro perfecto, era el momento, o al menos, asi lo creí yo.

Me embargaron las ganas de volar por libre, de tener mi independencia, de crear un hogar, de tener una familia. Creí ser más madura que el resto de gente de mi edad, gente que sólo pensaba en salir, en ir de un lado para otro, de divertirse , de viajar, sin pensar en mañana, solo en hoy... Yo pensaba así también, hasta que él se cruzó en mi camino. Como un relámpago, mis prioridades cambiaron, eran años de muchas fiestas y descontrol los que dejé atrás, y con él pensé que había llegado el momento de frenarme, centrarme y madurar. El me ofreció su cara más amable, su madurez afloraba muy por encima de la mia. Sus prioridades, fueron las mias. Pero no le culpo, me dejé llevar porque en el fondo quizá, tenía ganas también, pero ahora lo pienso y no, no era el momento.
Me contagió sus ganas de formar un entorno íntimo, infranqueable, comenzar una vida juntos. ¿Creéis acaso que me lo pensé? No. Y así hicimos.
Decidimos buscar esa intimidad. Fueron un par de meses recorriendo inmobiliarias, visitando pisos pilotos, deliberando cual de todos nos encajaba mejor en nuestros planes, diseñando cada rincón de aquellas casas. Soñando.
Y apareció frente a nosotros. No, no os voy a describir un piso de ensueño. En realidad fué lo más feo que encontré en mi vida. Un lugar dónde si meses antes me dicen que tengo que vivir, me muero del asco. Anteriormente, fue una clínica dental, que por el diseño de los muebles lo fue en la época de antaño. No disponía de distribución habitable. Dos despachos, un baño y una gran habitación que debió ser la recepción de la clínica. Todos los muebles (no es que hubiese muchos) en madera oscura barnizada. Las paredes en su día debieron ser blancas, un ambiente tosco y no muy agradable y mucho menos acogedor. Aún pienso quien tuvo tanto valor de sacarse una muela en semejante lugar. Pero lo ví claro. Esa era mi casa.

Al poco de entrar allí, reinventé cada rincón, imaginé su nueva distribución, el color de las paredes, los muebles, la cocina...MI VIDA ALLÍ..
Sabía la gran inversión que tendría que hacer, pero me dejé llevar por la emoción de crear literalmente, un hogar de la nada. Poder jugar como cuando era pequeña a crear una casa. Elegir hasta el último detalle no sólo de la decoración si no de ella en sí.
El sentimiento fué compartido, asi que a los pocos días de haberla visto, ambos sonrientes nos fuimos a la Inmobiliaria. Allí, junto a nuestras familias, mientras ellos debatían los precios, nosotros paseábamos por nuestro nuevo hogar. No prestamos mucha atención a algo que hoy, se ha vuelto más importante que nunca. Su Valor Económico.
Cuando te invaden todas esas emociones, no le das un valor monetario, no se lo das porque tus sueños no tienen precio. No piensas en todo el dinero que hay que invertir, ni en los 40 años que vas a tener que estar con ese gasto, ni en que dentro de 20-30 años no estaremos con la misma vitalidad de ahora, para trabajar y sacar adelante semejante cantidad de dinero. No pensamos en las consecuencias que nuestros sueños podrían acarrearnos. Me atrevo a decir, que hasta el día de la firma ante notario y con el banco, no fuí realmente consciente de lo exagerado de ese precio. No lo valía. El piso no valía ni por asomo esa cantidad, pero repito, ¿acaso los sueños tienen un precio fijado?

En mi linea, soñadora, fueron pasando los dias y las semanas, por fin, en octubre se produce la firma oficial. En unas horas la casa sería nuestra. No me acompañó nadie de mi familia. Se alegraban por mi, por la felicidad que transmitia. Sabían que estaba cometiendo un error, pero mi cabezoneria no me dejaba ver mas allá. De una forma u otra desistieron en el intento de hacerme entrar en razón, al fin y al cabo tenía trabajo y aparentemente la cabeza más o menos amueblada. A pesar de ser la benjamina de la casa, siempre fuí "la más espabilada". La que antes de cumplir la mayoría de edad quiso volar y se fué a otra ciudad persiguiendo también otro sueño (tema que podré tratar en otro blog..o no), la que no tenía pelos en la lengua y trataba cualquier tema con soltura y sin achantarse, la que siempre dijo sería la primera en independizarse... y así podría seguir un largo rato más. Recuerdo como cuando era más pequeña, la gente de mi entorno me veía con una vida triunfal, comiéndome el mundo a "bocaos" siempre con la cabeza bien alta..

Como os decía acudí a la firma sola, rodeada de mi familia política, pero en ningún momento me sentí flaquear, estaba decidida, era lo que quería, y lo tuve.
Desde ese mismo instante, un 26 de octubre, todo cambió para mi. Mi vida se fue formando en torno a aquellas 4 paredes. Pasaba horas, dias enteros, dibujando lo que sería en poco tiempo mi hogar. Eran tardes interminables haciendo planos, distribuciones, plasmando ideas en diseños, eligiendo materiales, yendo al piso únicamente a sentarnos uno al lado del otro a dejar nuestra mente volar. Creo que fuí feliz. Es lo que todo el mundo quiere no? al fin y al cabo es el sueño de todos, por muy escondido que lo tengamos es así. No negaré nunca la felicidad que tenía de vivir ese momento y que a pesar de todo lo que ha pasado después, no me arrepiento, nunca soñé tantísimo, ni tan alto, Nunca.
Las obras se retrasaron más de lo debido (1 año) , y eso hizo q mis ánimos decayeran levemente, sin darme cuenta, se me comenzó a hacer demasiado largo el proceso pero las ilusiones seguían intactas. Cuando se comenzó a mover todo, yo perdí mi trabajo. Pero teníamos algo de dinero ahorrado y pudimos comenzar con aquello sin muchos problemas en principio. Todo se fué complicando de una manera sobrenatural. Pierdo el trabajo, me citan para volver a operarme, la operación también se alarga y el dinero comenzaba a escasear. Mi paro y su sueldo nos alcanzaba para cubrir los gastos de ambos, pero se acabó practicamente el salir, el comprarte ropa, el viajar...todo. Al principio no me importó, era por una buena causa, nuestra casa. Pero eso está bien un mes, dos y me atrevo a decir q hasta tres, pero no año y medio. Soy consciente y lo fui en su momento, que el simple exo de adquirir una vivienda me cohibía para llevar la misma vida que antes, pero de ahí, a estar encerrada con 24 años...

Me construí mi propia cárcel, y me ayudaron a que el muro cada día fuese más alto.

Cuando ya estuve más o menos en condiciones de volver a trabajar, sorpresa! no había trabajo. Sólo encontraba empleos donde se me requería estar de pie las 8h, algo que en mi estado, aún hoy y creo q para siempre, me era imposible. Hacía meses, que las conversaciones de pareja habían pasado a ser monotema: Piso piso piso piso y más piso. Ya por aquel entonces se habían abierto grietas en la relación que con el tiempo fueron determinantes. Me sentía tan sola, tan fuera de lugar..
No le puedo culpar tampoco sólo a él. Reconozco que sus jornadas laborables eran de sol a sol, y q su dia a dia era íntegramente para el piso, y ése fué el problema, todo era el piso. Dejé de ser su novia, para pasar a sentirme un puto aval en la hipoteca. Como yo no trabajaba ( no x falta de ganas) asumió el control de la situación haciéndose con el mando y teniendo yo, por educación y lógica, q tragar con aquello. Mi orgullo, dañado. Yo, que alardeaba de ser independiente y de criticar a aquellas mujeres que dependían únicamente de sus maridos, y estaba igual.
Todo se me hizo cuesta arriba. Y entré en un círculo vicioso. Me hice una bola y salí mal parada. Me comencé a alejar de el y por supuesto del piso. Llevaba meses sin pisar aquella casa, la culpaba de mi malestar, de mis problemas, la odiaba y la odio a muerte. El seguía centrado en ella y según yo me alejaba de ellos , ellos más unidos estaban. Mi éstado de ánimo era pésimo. Vagaba por casa cuan alma perdida. Buscaba cobijo en internet, me ausentaba 24h del mundo, noches despierta, días durmiendo. Dejé totalmente de tener relaciones con él, me limitaba a dormir "abrazada" a él y desear que llegase el lunes para volver a meterme en mi mundo.
Comencé a actuar de forma extraña y saltaron las alarmas en mi casa. Se me estaba yendo de las manos la situación. Mi madre comenzó a observarme cómo si de una detective se tratase. Pero cada vez q intentaba sentarse conmigo a hablar, recibía un ladrido por mi parte.
Llegó a la conclusión de que me estaba acercándo peligrosamente a cruzar la linea entre estar pasando una mala época y estar adentrándome en una depresión de caballo. Yo? depresiva? no me hagas reir la decia, estaba chiflada, solo me encontraba mal, agobiada, pero no estaba depresiva. A cualquiera que le dijeses q yo estaba depresiva se hubiese exado a reir. De exo, el q por entonces se suponía que detectaría mi estado, osea él, se exó a reir. Claro, q para una persona q opina que la depresión la tiene solo quien quiere...pues q te puedes esperar..

Cada vez q mi madre sacaba el tema, conseguía sacarme una sonrisa, lo que ahora sé, es q esa sonrisa no era más q una manera de evitar la realidad. Pero por aquel entonces, me sonaba todo tan melodramático que no podia evitar esbozar una sonrisa pensando "mamá, estas loca"

El tiempo iba pasando y no jugaba realmente a mi favor. La distancia con él ya era más que evidente, hasta el punto de fingir estar mala para evitar también pasar los fines de semana con él. Y llegó el día en que no pude más. El día en que quise dejar de sentirme un aval, un nombre en una cuenta bancaria y puse punto y final a todo. Su respuesta? Vale, pero el piso me lo quedo yo. Os juro que fué tal cual. Algo q tampoco me sorprendió puesto que hacía mucho tiempo que yo tenia la ligera idea de que sólo estaba esperando q yo diese el paso. no sé si alguna vez me sentí tan mierda. Sé q me quiso y mucho, pero no estoy tan segura de si su forma de actuar frente a mi aquel dia, fué el de una persona enamorada. El orgullo sé q puede con todo pero ¿tanto?
Su respuesta al menos, me hizo "menos" dolorosa la ruptura. El la había aceptado tal cual y todo parecía que se iba a llevar más o menos bien. Ambos teniamos claro que el piso fuese para el, x lo q desde ese día, el se hizo cargo y esta vez de verdad, de todos los gastos que ocasionara. Yo no le pedí nada, sólo queria terminar con aquel infierno que yo dejé q inundara mis dias.
Todo parecía correcto, hasta que tomé la decisión de decirle, que aunque en un principio, no quise recibir nada por mi parte del piso, mi parte correspondiente a la mitad de la cuota mensual desde q se hizo la compra. Creo, que no pedía nada descabellado. Si el tenia intención de vivir allí, al menos que mi dinero volviese a mi bolsillo no? y no solo era el dinero, eran mis ilusiones, eran mis planes y mi futuro el q yo había invertido. Ya que todo eso estaba perdido, al menos q pudiese recuperar lo económico.
Y allí comenzó el nuevo infierno, q hoy, vuelve a quemarme por dentro y me hace revivir esos angustiosos momentos..
Se negó en rotundo, dedicándome vía sms (no atendía a mis llamadas) todo tipo de improperios, de borderías e incluso de amenazas si no acudía a la firma en la que rechazaba cualquier "indemnización" económica por mi 50% de la vivienda.
Cómo es lógico, no acudí a la firma, invertí esas horas en buscar un abogado. Completamente embargada por una rabía inmensa, con pequeñas taquicardías, con un ataque brutal de ansiedad lo encontré. Entré allí que me llevaban los demonios, aquel hombre me miraba atónito y con el tiempo me llegó a confesar que sintió incluso miedo por lo que pudiese ser capaz de hacer si me lo encontraba por la calle. Mis ojos no tenían un ápice de tristeza, únicamente Odio y Rabia, impotencia y dolor.

En seguida se planteó la forma de actuar, se le notificó que disponía de un abogado y que cualquier detalle acerca del piso tenía q ser hablado con él, y q bajo ningún concepto, podía ponerse en contacto conmigo sin estar él presente. ¿Alguna vez os habéis sentido como en una película tipica americana? yo si, ese dia. Todo fué muy deprisa, demasiado. Mi indignación fue creciendo hasta el punto de q no le podía asegurar a mi familia, q si me lo encontraba por la calle fuese a mirar hacia otro lado. Al principio eso me hizo sentirme fuerte, me armé de valor y dije voy a por todas. Mi estado de ánimo cambió y reapareció aquella que se iba a comer el mundo. Pero duró poco. Apenas unas semanas después, descubro lo lenta que es la justicia y sobre todo descubro, la verdadera personalidad de la persona con la que no hacía tanto, soñaba un futuro juntos. Como cambia el dinero a la gente eh? increíble.

Las primeras noticias que obtuve por parte de su abogado, fueron la petición de una suma desmesurada de dinero en concepto de obras, material, cuotas etc.. algo que no era cierto, puesto que yo había colaborado también, pero es que todo ello, iba acompañado con la amenaza de una denuncia por su parte. ¡Por el amor de dios!
Pero eso, fue mi perdición. El sólo exo de pensar, que me tendría que ver en un juzgado con la persona con la q había compartido tanto, me hizo venirme abajo. Fué paulatinamente, poco a poco, sin levantar sospecha. Noches de imsonmio, noches oscuras en la soledad de mi cuarto, con la única compañía de la música.
Llorando sin ton ni son, con la mirada perdida intentando buscar motivos para todo aquello. No pude ocultar mi estado mucho tiempo, volvía a mí la mirada incesante de mi madre en mi nuca con cada movimiento. Interrogatorios a media tarde. Sombras tras mi puerta cuando yo creía que nadie me escuchaba. Aunque intentase ocultar mis lágrimas y sollozos, aunque los enmudeciese contra la almohada nada se le escapa a una madre. Me dejé. Me dejé y mucho. Fue curioso ver, como una chica como yo, q no paraba en casa, se encerraba entre las paredes de aquello a lo que yo llegué a llamar "mi círculo de seguridad". Mientras estuviese alli dentro, nada me podía pasar. Cuando me quise dar cuenta no sólo me había pasado semanas practicamente encerrada, no sólo eso, es que solo el pensar en tener que salir a la calle me producía pavor. Si mi madre me encargaba alguna tarea cotidiana que incluyese salir de aquella "guarida" sentía un nudo en el estómago, sudores frios y auténtico miedo. Si era inevitable mi salida, era rápida, lo más rápido que fuese capaz. Con la mirada hacía mis pies, hombros caídos, leves sonrisas por cortesía, y corriendo de nuevo a mi escondite. Una cosa llevaba a la otra, perdí el apetito por completo. Mi alimentación consistía en una única comida al dia a eso de las 6 de la tarde y que rara vez incluía algo que no fuese una sopa. Sobrevivía a base de graaandes dosis de Cocacola y Tabaco.
Con ese ritmo de vida, era de esperar q aún diese un paso mas allá. Olvidé mi higiene personal. Si, lo sé, suena peor de lo que en realidad fué, pero os juro que no tenía intención de lavarme. Si podía evitarlo, lo evitaba (gracias a dios mi madre estaba ahí para "obligarme" a hacerlo) No me aseaba, no me peinaba y por supuesto q por unos meses ni una sola gota de maquillaje rozó mi cara (los que me conocéis sabéis, q yo me levanto al menos con el rimmel puesto )

La verdad q doy gracias de q nadie le dió por hacerme fotos de aquella, xq debía dar mucha pena. Pero a la vez, agradezco que me diese por eso. Porque fue uno de esos dias , cuando me dí cuenta que quizá si tenia un problema y no, no era capaz de controlarlo. Tuve que reconocerle a mi madre, q tener agorafobia, pérdida de apetito, falta de aseo y llanto descontrolado sin motivo aparente no era gripe, si no depresión. No llegue a acudir a ningún psicólogo. Admiro la profesión pero creo que si alguien tenia en su mano la posibilidad de salir de aquello era yo y solo yo. Conté con el apoyo de muchisima gente que sabía lo q me pasaba y de muchas otras que sin saberlo, me ayudaron a sonreír de nuevo. Comencé a cambiar mis hábitos, aunque trasnochase, intentaba levantarme antes, hacer un poco más de vida social, recuperar mis costumbres, mi humor.. me obligaba a salir. A primeros de año, poco tiempo después de q comenzase toda esta historia, mi hermana se quedó embarazada y a pesar de haberlo dseado desde que tengo uso de razón, fue una noticia que aunque me alegró enormemente, no supe apreciar y no disfruté, asi que comencé a pasar más tiempo con ella, preparando la llegada de la enana.
No tenía noticias por parte de mi abogado, asi q supuse q la justicia era tan lenta que no debía preocuparme por lo q podría pasar y tenía q solucionar antes mi vida.

Llegó el verano, y eso me animó muy mucho. Los amigos dicen que están para los momentos buenos y los malos. Y los mios, a pesar de que no todos viven en Madrid, se portaron de 10. Puedo casi asegurar, que fué el mejor verano de mi vida. No paré de un lado para otro. Allí donde mirase en el mapa de España, tenía una casa a la q ir a despejarme y a liberarme de mis fantasmas. Nunca tendré el tiempo suficiente para agradecérselo. Me puse a trabajar con el q era mi abogado, y todo parecía funcionar bien, resurgía de mis cenizas.
A final de año, llega lo esperado. La denuncia.
Todo volvía de nuevo. Intenté q no me afectara lo más minimo puesto que era algo que tras varios intentos de acuerdo, estabamos esperando. Pero mi pilló desprevenida. Por qué tuvo que llegar? por qué no pudimos acordar algo como personas civilizadas? De nuevo un amago de caída se apoderó de mí, pero me había exo fuerte todo lo de atrás y no tenía ninguna intenció de dejarme caer así de nuevo. Sí pase dias, incluso semanas mal, pero salí de nuevo. Nos vimos las caras en los juzgados, llegando a un previo acuerdo, dónde el se haría cargo de absolutamente todo siempre y cuando, el banco se lo autorizase.
Han pasado varios meses de aquello, y el motivo por el que hoy abro un nuevo post en el blog, es xq me han comunicado que el banco NIEGA la hipoteca a él solo, y eso significa q mis fantasmas vuelven a acudir sin haberlos llamado.
Las opciones son reducidas y con ninguna de ellas salgo bien parada, ya no digo beneficiada, digo que sea cual sea la decisión, pringo.
Al recibir la noticia, todo se me ha vuelto a venir abajo. Justo ahora, ahora que parecía que volvía a recuperar ciertas ilusiones y ciertas cosas que me dejé por el camino, me vuelven a frenar en seco, me devuelven a la realidad dándome una ostia fuerte, demasiado fuerte. Y ésta vez si que me hay pillado totalmente por sorpresa. Confiaba ciegamente en que se la concederían y antes de terminar el año podría decir que soy totalmente libre. Pero no ha sido así y con tan solo 2 min de conversación mi mundo se ha vuelto a tornar en una escala de grises.
Está siendo un dia duro, en el que intento que nadie note mi angustia.
Otra vez más, tengo que ser fuerte y apechugar con mis errores, con el gran error de mi vida. Un error que por otro lado me da la sensación que seguirá tras de mí durante muchos años, demasiados como para que cuando me quiera deshacer de él tenga ilusión por algo.
He ahí, el título de este post, repentina madurez...me ha atacado de golpe, sin darme tiempo a reaccionar, se ha plantado ante mí y no tengo escapatoria. Llevaba unos meses levitando, recuperando el tiempo perdido, sonriendo y mucho, no quiero volver a ver a esos fantasmas y no sé como evitar sentirme acorralada por ellos..no lo sé. Tengo que agarrar "al toro por los cuernos" tomar la iniciativa y salir de la mierda en la que ahora mismo (otra vez) me he visto envuelta. Tengo q salir y no sé como.

Es fácil que mis palabras se miren meramente por lo económico. Espero que haya alguien que haya sabido ver más allá, y que tras leer esto, se dé cuenta de el porqué de mis temores. Cuando digo que tengo pánico a rehacer mi vida, cuando pongo cara de repugnancia si oigo hablar de amor , cuando huyo de todo lo que tenga sentimientos de por medio, cuando pierdo a gente por el mero hecho de no tener valor a decirle lo q de verdad siento, xq tengo terror a que si me confieso, si confieso lo q siento encima me hagan más daño, todo eso es sólo por éste capítulo de mi vida.
Es posible que no me entendáis, a veces ni yo misma lo hago. Pero me ha dolido y decepcionado tantísimo, ver como el dinero y el orgullo puede matar ese sentimiento, ese q dicen q puede con todo, que estoy tan desencantada con la vida que no me quedan fuerzas para retomarla. Tengo la sensación de que siempre, una y otra vez, me va a pasar eso. De q cada vez q me ilusione, sueñe y ponga todo mi empeño en algo, se joderá y volveré a pasar por aquello, una y otra vez. Vivo pensando q no va a salir bien, que por algún lado voy a flaquear, me van a fallar o voy a fallar yo, que en algun momento de esa historia pasará, vivo desconfiando, esperando agazapada a que pase, para decirme a mi misma, lo sabia. Tengo miedo de arrastrar a alguien con mis fantasmas, de q por culpa de mi desilusión, haga que alguien pierda esa emoción que yo aunque me salió mal, llegué a sentir, ¿no sería injusto por mi parte? Sé q no es así, q no se tiene xq repetir esto y que tampoco lo merezco, pero ¿como lo hago? ¿como vuelvo a confiar..? ¿como consigo q estos fantasmas no me acompañen siempre? ¿como evito hacer daño a alguien si no soy capaz de salvarme a mi?¿xq he de creer q aún puedo cruzarme con esa persona que haya reservado para mi lo mejor de su vida? y lo q es peor si me cruzo con ella...¿seré capaz de darle yo eso?


Daría lo que fuese por volver a confiar.







Simplemente..Yo

______________________

Hoy me pasé escribiendo, pero era eso o pegarme un tiro, y he limpiado hoy la tienda, no me apetecía llenarla de sangre. Si lees esto no te asustes, estoy relativamente bien, sobre todo ahora que ya lo he soltado todo. Quizá no tiene sentido lo que he escrito, es posible que haya mezclado temas sin venir a cuento y que la información esté confusa, pero he escrito tal y como me ha ido saliendo. Es mi particular forma de desahogarme, de soltar todo, tal como me viene, como un todoterreno sin control..es un arrebato de sentimientos los que hoy tengo. Sé que esto es de nuevo pasajero, que esta ansiedad desaparecerá en breve, pero necesito mi momento.
En unos días me voy a reir y mucho de éste post. Para cuando eso pase, mi armadura estará de nuevo en pie, cubriéndome, ocultándo mis temores y devolviéndome esa sonrisa que me encanta compartir, recobrando el brillo de mis ojos, escondiéndo todo lo malo, dejándolo a un lado.. Sólo quien haya podido tener acceso al verdadero sentido de éstas palabras, únicamente la persona que haya sabido ver más allá de una compra de un piso, será quien pueda llegar a entenderme.

Simplemente..Yo (volveré)

No hay comentarios:

Publicar un comentario